lunes, 4 de abril de 2011

¿ La Radio Afición es Aburrida ?

LA RADIOAFICIÓN ES ABURRIDA (por EA3DDK) Relato a manera de cuento reflexivo.





-La radioafición es aburrida- Con estas palabras me desarmó el hijo de una vecina con el cual había coincidido en la terraza del edificio donde vivimos.






La historia empezó unos días antes, cuando subí a la terraza del edificio para realizar unas tareas de mantenimiento de las antenitas que tengo instaladas. Sólo se trataba de una inspección visual rutinaria para comprobar que todo estaba en su lugar. Allí me encontré con Paquito, un chico de trece años que estaba jugando con un viejo "gualquitalqui", comunicándose con otro vecino del bloque de enfrente. Esos "gualquis" operan en la frecuencia de 27 MHz. de Banda Ciudadana, concretamente en el canal 14 (27.125 MHz) Estuvieron de moda entre las décadas de los años setenta y ochenta del siglo pasado, pero aún pueden verse algunos modelos en bazares y jugueterías. Su manufactura es muy deficiente y la calidad de transmisión horrible. Sin embargo, ambos chicos parecían divertirse mucho intentando descifrar lo que se decían uno a otro entre el ruido de fondo, las interferencias de toda índole y los continuos cortes de emisión debidos a fallos de los aparatos. Estuve un rato observándolos mientras recordaba que muchos años atrás yo también había hecho cosas parecidas. En un viaje a Andorra, compré mi primer "equipo" de radio. Era una pareja de "guarquitarquis" que fallaban más que una escopeta de feria, pero que me permitieron escuchar las primeras emisiones de los que yo pensaba que eran "radioaficionados" En realidad no lo eran. Se trataba de usuarios de Banda Ciudadana, que nada tiene que ver con la radioafición aunque copien su "modus operandi".






Mientras me perdía entre recuerdos de juventud, noté un tirón en la manga de mi camisa. Era el chico del 5º2ª que tironeaba mi ropa para llamarme la atención. Salí de mi ensimismamiento y lo miré interrogadoramente. - ¿Es tuya esta antena?- preguntó al mismo tiempo que señalaba el pequeño mástil con una corta antena vertical de V-UHf, otra para la recepción de satélites meteorológicos y un hilo largo que transcurría discretamente, casi invisible, a poca altura y entre el resto de elementos de la terraza. - Sí, en efecto, es mía- afirmé mientras trataba de prepararme para la siguiente pregunta que creía estaría relacionada con la típica curiosidad infantil por esas cosas cargadas de misterio que yo me proponía aprovechar para soltarle una breve disertación sobre radioafición, en un intento de acaparar su atención e introducir el gusanillo de la radio en aquella joven mente.






- ¿Es para conectarte a la red de WIFI?- preguntó el chico. - ¿Qué, cómo?- Exclamé sorprendido ante una pregunta tan inesperada. - ¿Digo que si la usas para conectarte a internet por wifi? ¿Conoces alguna red gratuita? ¿Juegas on-line? ¿Cual es tu nick en el Messenger?-






Apabullado por tal batería de preguntas casi me quedé sin habla durante algunos segundos, tiempo que el chico aprovechó para enviar otra andanada. - ¿Qué ordenador usas, portátil o fijo? ¿Tu router es por cable o inalámbrico? ¿A qué velocidad trabaja la CPU? ¿De cuanta memoria RAM dispone?-






Cuando se calló para tomar aire, aproveché para cortar su perorata de forma ingeniosa... -No, no, no...- balbuceé. -No es una antena para "güifi". Son las antenas que uso para mi estación de radio. -¿Estación de radio?- exclamó sorprendido, y añadió -¡ah, ya lo entiendo, juegas con algún simulador de trenes...! -¡No!- me apresuré a cortar de nuevo. -No es ninguna estación de trenes. Se trata de una estación de radioaficionado. Son las antenas a las que van conectadas mis emisoras de radio. -¿Tienes una emisora de radio?- preguntó sorprendido. -¿Es una emisora local? ¿Qué música pones? ¡A mi me gusta el Hip-Hop!






Desde luego, el chico era rapidísimo encadenando preguntas. Pero cada vez se alejaba más de la realidad. ¿O debería decir de "mí" realidad? Cuando vi que abría de nuevo la boca, levanté la mano e hice como si cortara el aire al mismo tiempo que añadía. -¡Para un momento, chico, déjame hablar a mí! -Nada de lo que supones. No se trata de una emisora de radio local, sino de una emisora de radioaficionado.






Yo soy radioaficionado, y con mis equipos de radio conectados a estas antenas puedo hablar con otros radioaficionados dispersos por todo el mundo-. Después de soltar la parrafada, lo miré fijamente esperando que en su cara apareciera la sorpresa y el interés o, al menos, curiosidad por lo que acababa de decirle. Pero su rostro permanecía expectante, como si esperara que continuará hablando. -¡Qué te parece!- pregunté con cara de satisfacción, y continué. -Mis equipos de radio son miles de veces más potentes y versátiles que esos "gualquitalquies" con los que jugáis. Con estas antenas alcanzo todos los confines de la tierra. Donde hay una estación de radioaficionado, allí puedo llegar yo, si las condiciones atmosféricas lo permiten, claro. -¿Eso es todo?- preguntó inocentemente, poniendo cara de fastidio. -¿Te parece poco?- exclamé.






Me parecía increíble que el chico no saltara como un resorte y me pidiera a gritos que le mostrara las maravillas que podía hacer con mi estación de radio. Sin embargo, el chiquillo no parecía en absoluto impresionado, al contrario, su cara mostraba más aburrimiento que otra cosa. -¡Bah! Con mi ordenador portátil también puedo hablar con internautas de todo el mundo, además puedo escribirles mensajes instantáneos, enviar y recibir fotografías, videos y música, verlos mientras converso con ellos y, al mismo tiempo, navegar por la red buscando información que me interesa y, además, hacer los deberes de la escuela. -Pero, pero... ¡no es lo mismo!- balbuceé anonadado. -Claro que no es lo mismo- respondió el mozalbete -¡Es mucho mejor!- dijo riéndose. -¡No puede ser!- atiné a contestar muy compungido. -






La radioafición es aventura, investigación...! Cuando dices aventura, ¿te refieres a las aventuras que pasaste para que te dieran permiso para montar tus antenas?- se burló el chico. -Mi padre nos explicó lo que sufriste con la negativa de la vecina del cuarto. También nos contó el relato que hiciste en la asamblea de vecinos, explicando tus esfuerzos para aprobar un examen de electrónica, los permisos que tuviste que pedir a Telecomunicaciones, el dineral que te pedía la empresa instaladora de antenas, lo caros que eran tus equipos, que por otra parte no puedes modificar ni actualizar...






¡Basta, basta!- grité horrorizado al recordar el esfuerzo sobrehumano que tuve que realizar para superar todos aquellos impedimentos. -La radioafición es ciencia, técnica, investigación, experimentación- dije, sacando a relucir los viejos argumentos que usábamos para legitimar la radioafición, pero el chaval me cortó apostillando-¿Ciencia, técnica, investigación, experimentación...? ¿Conoces algún científico que use estos viejos aparatos de radio para realizar investigaciones y experimentos, o tan siquiera comunicarse entre sí? ¡No, por supuesto que no! Todos los científicos usan ordenadores conectados a internet. -






Pero los radioaficionados colaboramos humanitariamente en caso de catástrofes y accidentes...- añadí muy poco convencido-¿Te olvidas de los teléfonos móviles? Todo el mundo tiene uno o varios teléfonos móviles. Si alguien tiene un accidente, es mucho más rápido y efectivo llamar directamente al 112 que pedir ayuda a través de un repetidor invadido por piratas y pirados, según te oí comentar una vez cuando hablabas con otra persona mayor. -Tal vez, pero cuando hay una gran catástrofe, la telefonía e internet fallan- añadí satisfecho de haber encontrado una grieta en sus argumentos. - Ja, ja, ja. rió el chiquillo. -Te olvidas de los satélites. Yo puedo conectarme a internet por satélite y, mediante un programa telefónico gratuito, puedo ayudar mucho más en unos minutos que tu haciendo llamadas CQ durante horas. –Por cierto, ¿lo de CQ no tendrá algo que ver con Caiga Quién Caiga?- añadió socarrón.






Me sentía como un boxeador en KO técnico. El chico era demasiado para mí. ¿Con qué lo alimentaba su madre para que con sólo trece años supiera tanto de todo? ¿Tenía algo que ver el Cola-Cao o eran las supuestas radiaciones nocivas de las antenas de telefonía móvil en las proximidades de su escuela? En todo caso, me salvó la campana. Quiero decir que en aquel momento sonó mi móvil, cosa que me permitió tomarme un respiro y hacer tiempo antes de continuar con aquella discusión que intuía perdida. Era mi esposa que me llamaba para que bajara a comer. -Lo siento, chico, pero he de volver a casa. De todas maneras, ha sido muy interesante hablar contigo. Me gustaría que vinieras a casa algún día para que te enseñe como es la radioafición...- añadí en un vano intento de reproducir viejas e inútiles formas de llamar la atención a la juventud. -Gracias, pero no es necesario que me enseñes como es la radioafición. He visitado diversos foros de internet y ya he visto como se insultan y pelean los radioaficionados entre sí. En vez de hablar de las supuestas investigaciones técnicas y experimentaciones que comentas, sólo pude leer opiniones sin sentido y tonterías por el estilo, con un montón de faltas de ortografía. Se nota que los radioaficionados leéis poco. En cambio, en los foros de los internautas informáticos se explican diversas técnicas para sacar el mejor provecho de los ordenadores y se ayuda a los novatos para que aprendan cada día más. Esta fue la puntilla que acabó conmigo. O eso creía, porqué el muchacho aún tenía guardada otra pulla. Nos despedimos y cuando me alejaba me llamó. Me di la vuelta con la esperanza que hubiera reconsiderado mi ofrecimiento y aceptara venir a visitarme para ver mi estación (o debería decir apeadero) de radioaficionado. -No le des más vueltas viejo, la radioafición ya no interesa a nadie. No tiene ninguna utilidad y, sobre todo, la radioafición es aburrida, muy aburrida.






Definitivamente, tocado y hundido.






CONCLUSIONES: Hemos cometido tantos errores en la última década que ahora sólo sabemos lamentarnos como Boabdil el Chico(1) . Definitivamente, no hemos aprendido nada. O reinventamos urgentemente una nueva radioafición o mejor cerramos las puertas y desaparecemos dignamente. (1)Cuando el viajero sale de Granada puede divisar por última vez la ciudad desde el Suspiro del Moro, antes de descender al Valle de Lecrín. En este lugar es donde se dice que Boabdil, el último rey nazarí, después de haber firmado las Capitulaciones con los Reyes Católicos, dirigió por última vez la vista a Granada y lloró por la pérdida de su querida ciudad. Cuenta la leyenda que al verlo su madre le dijo: "Llora, llora como mujer lo que no supiste defender como un hombre".






Articulo escrito por EA3DDK Contacto: elradioaficionadopatitieso@hotmail.com

















Observación:






Después de leer este divertido –pero no menos serio relato-, me dio vueltas en la cabeza, un buen rato, la idea apocalíptica (ideas muy de modas últimamente) de que también en tiempos futuros ocurriría una especie de Fin de Mundo de la Radio Afición, o sea, de que la Radio Afición iría de mal en peor con el transcurso de los años, hasta desaparecer victima de la “Modernidad” o su Mediocridad.







Así ha sido. Las antiguas reuniones nacidas espontáneamente entre algunos amigos dedicados a la radio afición y que tenía por objeto, o elemento de atracción, el intercambio de conocimientos, experiencias, desarmar algún cachivache, levantar una antena, hacer un trueque, o prestarse algún libro o circuitos que permitían mejorar la transmisión o algo así, hoy se ha transformado en reuniones sociales para degustar un Té, un trago, un asado, conversar sobre los modelos de equipos emergentes en boga, alabar las bondades de alguna marca, los precios versus prestaciones, y seguramente convertir los encuentros en una feria de ostentación y arribismo, tan propio de un país emergente como el nuestro.







La mayoría de los Radio Clubes ha sido dirigido por gente que de electrónica, experimentación o desarrollo de proyectos de investigación no ha tenido ninguna competencia. O sea y quiero decirlo claramente: gente que de Radio sabía muy poco o nada, y lo digo con todo respeto por otras aptitudes administrativas que tampoco concluyeron o redundaron en beneficio de algún radioaficionado dedicado a experimentar o desarrollar algún sistema o estructura relativa a nuestra actividad. La mayoría de las actividades estaban destinadas a la adquisición de sede, instalación de repetidoras y no sé qué más… pero ningún beneficio para aquellos que estudiaban, desarrollaban o trabajaban en algún proyecto que tuviera que ver con la Radio Afición. No pocas veces las disputas entre importantes Radio Clubes terminaron con la confianza y calidad de los mismos. También, muchos esfuerzos realizados por unos pocos concluyeron con el silencio y retiro de esta actividad y por el empoderamiento de aquellos que siempre se han sentido mentores de la verdad…. Convirtiendo la Radio Afición en un NEGOCIO.







El más importante Radio Club del país declaró miembro honorario a quien en ningún minuto departió o participó de alguna actividad propia de un Radioaficionado y solo fue el recurso interesado para obtener alguna clase de favor olvidado en el tiempo. Me refiero a ex XQ3GP, Capitán General Vitalicio y ex Presidente de la Republica don Augusto Pinochet Ugarte. No hay que olvidar que la Radio Afición Chilena tuvo entre sus filas a agentes de la DINA(dirección de Inteligencia Nacional) y de la CNI (Central Nacional de Informaciones), miembros del Cicar (Centro de Inteligencia de Carabineros), y de ninguna manera "practicando el Hobby" como quien dice.etc.







Suma y sigue: La mayoría de los legendarios Radio Clubes Universitarios no funcionan por falta de actividad, socios e interés (ejemplos: Radio Club Escuela de Química y Farmacia de la U. de Chile, Radio Club Escuela de Ingeniería de la U. de Chile. Radio Club USACH, Radio Club de la Universidad de la Frontera, Radio Club Universidad Austral, Radio Club Universidad Andrés Bello…etc. etc.).







Gran parte de los nuevos “radio aficionados” desde hace una o dos décadas pasadas, provienen de una escuela que es una mala copia de lo malo que trascurre entre los radio aficionados (Banda Civil o Banda Ciudadana, respetando algunas excepciones). También Bomberos, gente de la Defensa Civil, Guardias de Seguridad –entre otros- se interesan por los aparatos de radio y por la posibilidad de hablar y comunicarse aprovechando las generosas concesiones que otorga una licencia, pero un verdadero afán de comprender el origen de la Radio Afición y sus misterios no existió jamás. Un gusto sin límite por las cosas bonitas, carencia absoluta de conocimientos básicos, pruebas para ascender de categoría completamente viciadas, arregladas, corrupción, “arreglines”, “chanchullos”, no han contribuido en lo absoluto a mejorar el estado de cosas.







La mayoría representa la mediocridad reinante, y es la encargada de hacer desaparecer a aquellos que interesados de verdad por esta actividad, encuentran a su paso silencio, burla, quejas, llamados de atención y atropello. Lo digo claramente: La Radio Afición Chilena tiene una excelente y desarrollada tecnología proveniente de equipos Japoneses, pero MEDIOCRES radio operadores (vuelvo a considerar: salvo honrosas excepciones) Es vergonzoso escuchar las ignorancias de algunos XQ´s (Categoría superior) o CE (Categoría General). Tampoco se trata de que todos deben ser ingenieros o técnicos en la materia, la diversidad es necesaria, es verdad. Aquellos que solo quieren apretar un botón para hablar deberían ser eximidos de todo examen de carácter técnico, pero irremediablemente demostrar un nivel mínimo de CULTURA, en otra clase de control o prueba.







El tema es: qué pasará con la Radio Afición Chilena en el futuro?







Los mediocres irán desapareciendo gradualmente. Continuaran los mejores hasta el fin. Habrá creadores, buscadores, inteligentes miradas, gente que Ame sinceramente y sin egoísmo su actividad. Sin embargo la existencia de medios rapidísimos para ascender cualquier montaña (helicópteros por ejemplo) los hombres continuarán ascendiendo al Everest o el Aconcagua o a las altas cimas realizando ESFUERZOS, escalando sus escarpados muros, soportando la intemperie, la falta de oxigeno, y a pesar de la incomodidad y costo de los libros siempre habrá lectores, y a pesar de que todo transcurrirá rápido, vertiginoso y “moderno”, siempre existirán hombres que buscarán lo esencial, siempre. Eso es lo que creo.



73´s



XQ2DWO





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REFLEXIONES de un "Charli Delta"






Estimado Walter.



Que interesante tu artículo, en mi caso personal me ha tocado reencontrarme nuevamente con la radioafición después de veinte años de ausencia, y en gran parte motivado por este fenómeno de deshumanización de la radioafición, quizás.Mi primera licencia de aspirante fue en 1980 donde me tocó ser el Alpha-15441, tiempos de mayores restricciones sin duda, al paso del tiempo me tocó llegar a ser CE3DJA, todo esto hasta bastante antes del 2000 fecha en que se instaura la nueva ley, la guía digital, y el advenimiento de los Charlie Delta con todos los reparos que la tradición terminó por imponerles.



Después del terremoto pasado, mi sentido de supervivencia me inspiró a mí y a mi padre a volver a reconciliarnos con la radioafición, y bueno aquí estoy reinventándome y sintiendo de primera fuente la experiencia de ser un mero y simple aspirante.




Mi primera experiencia de bienvenida fue percatarme que no existía, que si bien creía que era yo quien se divorciaba de la radioafición, en rigor había sido esta que se divorció de mí, al grado de desaparecer de mi propia historia.Apelé, reclamé con profundo pesar y humildad, pero lo cierto que al no poder enarbolar mis licencias o documento alguno que dijera quien era, tuve que resignadamente volver a nacer en rigor que de seguro gastaría más tiempo en apelar, que simplemente comenzar a caminar el camino ya andado. Y bueno.... aquí estoy de nuevo. Fortalecido después de todo, ya que siempre toda ley pareja será justa, y honorable el acatarla. Por lo menos después de muchos años ya, yo sigo pensándolo y creyéndolo así.




Mi primera recepción ha sido en parte una mezcla curiosa de “dulce y amargo”, una gran acogida por parte de mis pares y algunos buenos CE, y reacciones de fría indiferencia por parte de otros estimados colegas con licencia general o superior. Cosas tan simpáticas como que en una rueda no te pasen el cambio, o como que en una acotación de carácter técnico le sea respondida a otro “Charlie Echo” y no a mí que la comenté y/o la propuse; lo máximo ha sido que por sobre tu nombre o distintivo seas reconocido y llamado como “el aspirante”, mecanismo de defensa que se ha activado automáticamente al haber tratando de “tú” al colega de licencia general o superior; o peor aún, haber hablado en un lenguaje técnico no entendible sobre algún fenómeno o experiencia personal que escapa claramente a la experiencia del corresponsal, ya que dicho sea de paso fue mi elección profesional por añadidura.




Lo menor ha sido el nerviosismo y cautela con que algunos buenos CE enfrentan una conversación técnica y de experimentación con un CD, tratando de no dejar notar con sus pares, que más que enseñando pueda estar aprendiendo “del aspirante”. quizás para no perder currículum con sus pares. ¿Y como lo notas? Por el trato recibido en la repetidora de VHF, en contraste al afectuoso trato recibido por el messenger.





Francamente esto no me lleva a crisis existencial alguna, pero sí, me llama a reflexionar y muy inspirador ha sido en este contexto tu artículo. Yo amigo creo haber entendido que el problema se origina por la eterna maldición que cae sobre los seres humanos, llevándolos viciosamente a la construcción de paradigmas y estereotipos de toda índole, a fin de conseguir visión, posición, y auto confirmación.Lo malo es que terminamos encerrándolo todo en estas imágenes estáticas, para explicar lo que no se entiende debido a su eterno movimiento y cambio. ¿Y quizás todos de alguna manera caemos en lo mismo? Por ejemplo, si preguntáramos sobre que es ser un buen radioaficionado. Nos encontraríamos con las mismas imágenes del experimentador, del operador de emergencias, del director de radioclub, del instalador de repetidoras, del federado, del XQ, del maestro, del aprendiz, etc. Poca o ninguna lógica aparente puede tener que la respuesta apunte a todas las alternativas o a ninguna de ellas. También están los que se revelan a esto posterior a alguna experiencia personal que ha marcado una huella traumática. Y así nacen los caudillos, los rebeldes, los revolucionarios, que luchan tenazmente en contra del sistema; dando paso a los que ponen portadoras, o los que hablan frenéticos desde el “underground” con una suerte de groserías, insultándolo todo y a todos en una repetidora a altas horas de la noche. Y ahí los vemos de nuevo, sumidos en el incansable juego de construir estereotipos, sólo que esta vez desde “el lado oscuro de la fuerza”.



Ya nada queda del ideal quijotesco, del caballero del éter, del navegar hacia el cosmos en busca de respuestas, de querer maravillarse de la aleatoriedad de la propagación, de aprender con modestia, de ser mediador y no un gladiador, de ser cordial y servicial sin miedo a parecer servil, DE COMUNICAR junto al disfrute de COMUNICARSE, de enseñar no para escucharse sino para sembrar, de ser por sobre todo TOLERANTE, de UNIR en vez de DISOCIAR. ¿Pero sabes? Lo anterior me lleva a pensar que aun cuando llegue a un punto en apariencia apocalíptica, no es un mal que ataque a los radioaficionados es un mal que ataca a la sociedad y a los seres humanos en general. No son en virtud los hechos, no son las tecnologías, no es preferir los medios más adsequibles, más globalizados, y más faciles lo que matan la sociedad y la radioafición. Somos nosotros, nuestra indiferencia, y nuestra poca voluntad de buscar con esfuerzo sueños que poder conquistar. Creo también que en la medida que existan buenas personas que a su vez son buenos radioaficionados, y de hecho los hay, existe una esperanza de que este mundo maravilloso de la radioafición no muera. Y por lo mismo, crear la diferencia en uno mismo primero, para que en cadena cual efecto mariposa, se vaya gestando el cambio y vayan ganando los afectos y las esperanzas. No sembrar en los adolescentes cuando comienzan a ser adultos, sino cuando son niños y aprenden a soñar. Hablar y predicar más con el ejemplo virtuoso, hablar de ética y moral, justificar las leyes no como obligaciones sino como valores y virtudes, enseñar que los bienes son instrumentos y no metas que lograr. En fin.... queda mucho por hacer...



Perdón por el ponchazo!



Saludos cordiales, 73.



Fernando CD 5784.





14 de septiembre de 2011 01:49

5 comentarios:

  1. de este lado de la cordillera, la situación es exactamente la misma, o peor, solo cambia la administración estatal...... buen artículo, buenas reflexiones. 73's

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  2. Estimado Walter.

    Que interesante tu artículo, en mi caso personal me ha tocado reencontrarme nuevamente con la radioafición después de veinte años de ausencia, y en gran parte motivado por este fenómeno de deshumanización de la radioafición, quizás.

    Mi primera licencia de aspirante fue en 1980 donde me tocó ser el Alpha-15441, tiempos de mayores restricciones sin duda, al paso del tiempo me tocó llegar a ser CE3DJA, todo esto hasta bastante antes del 2000 fecha en que se instaura la nueva ley, la guía digital, y el advenimiento de los Charlie Delta con todos los reparos que la tradición terminó por imponerles.

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  3. Después del terremoto pasado, mi sentido de supervivencia me inspiró a mí y a mi padre a volver a reconciliarnos con la radioafición, y bueno aquí estoy reinventándome y sintiendo de primera fuente la experiencia de ser un mero y simple aspirante. Mi primera experiencia de bienvenida fue percatarme que no existía, que si bien creía que era yo quien se divorciaba de la radioafición, en rigor había sido esta que se divorció de mí, al grado de desaparecer de mi propia historia.

    Apelé, reclamé con profundo pesar y humildad, pero lo cierto que al no poder enarbolar mis licencias o documento alguno que dijera quien era, tuve que resignadamente volver a nacer en rigor que de seguro gastaría más tiempo en apelar, que simplemente comenzar a caminar el camino ya andado.

    Y bueno.... aquí estoy de nuevo. Fortalecido después de todo, ya que siempre toda ley pareja será justa, y honorable el acatarla. Por lo menos después de muchos años ya, yo sigo pensándolo y creyéndolo así.

    Mi primera recepción ha sido en parte una mezcla curiosa de “dulce y amargo”, una gran acogida por parte de mis pares y algunos buenos CE, y reacciones de fría indiferencia por parte de otros estimados colegas con licencia general o superior.

    Cosas tan simpáticas como que en una rueda no te pasen el cambio, o como que en una acotación de carácter técnico le sea respondida a otro “Charlie Echo” y no a mí que la comenté y/o la propuse; lo máximo ha sido que por sobre tu nombre o distintivo seas reconocido y llamado como “el aspirante”, mecanismo de defensa que se ha activado automáticamente al haber tratando de “tú” al colega de licencia general o superior; o peor aún, haber hablado en un lenguaje técnico no entendible sobre algún fenómeno o experiencia personal que escapa claramente a la experiencia del corresponsal, ya que dicho sea de paso fue mi elección profesional por añadidura.

    Lo menor ha sido el nerviosismo y cautela con que algunos buenos CE enfrentan una conversación técnica y de experimentación con un CD, tratando de no dejar notar con sus pares, que más que enseñando pueda estar aprendiendo “del aspirante”. quizás para no perder currículum con sus pares. ¿Y como lo notas? Por el trato recibido en la repetidora de VHF, en contraste al afectuoso trato recibido por el messenger.

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  4. Francamente esto no me lleva a crisis existencial alguna, pero sí, me llama a reflexionar y muy inspirador ha sido en este contexto tu artículo. Yo amigo creo haber entendido que el problema se origina por la eterna maldición que cae sobre los seres humanos, llevándolos viciosamente a la construcción de paradigmas y estereotipos de toda índole, a fin de conseguir visión, posición, y auto confirmación.

    Lo malo es que terminamos encerrándolo todo en estas imágenes estáticas, para explicar lo que no se entiende debido a su eterno movimiento y cambio. ¿Y quizás todos de alguna manera caemos en lo mismo? Por ejemplo, si preguntáramos sobre que es ser un buen radioaficionado. Nos encontraríamos con las mismas imágenes del experimentador, del operador de emergencias, del director de radioclub, del instalador de repetidoras, del federado, del XQ, del maestro, del aprendiz, etc. Poca o ninguna lógica aparente puede tener que la respuesta apunte a todas las alternativas o a ninguna de ellas.

    También están los que se revelan a esto posterior a alguna experiencia personal que ha marcado una huella traumática. Y así nacen los caudillos, los rebeldes, los revolucionarios, que luchan tenazmente en contra del sistema; dando paso a los que ponen portadoras, o los que hablan frenéticos desde el “underground” con una suerte de groserías, insultándolo todo y a todos en una repetidora a altas horas de la noche. Y ahí los vemos de nuevo, sumidos en el incansable juego de construir estereotipos, sólo que esta vez desde “el lado oscuro de la fuerza”.

    Ya nada queda del ideal quijotesco, del caballero del éter, del navegar hacia el cosmos en busca de respuestas, de querer maravillarse de la aleatoriedad de la propagación, de aprender con modestia, de ser mediador y no un gladiador, de ser cordial y servicial sin miedo a parecer servil, DE COMUNICAR junto al disfrute de COMUNICARSE, de enseñar no para escucharse sino para sembrar, de ser por sobre todo TOLERANTE, de UNIR en vez de DISOCIAR.

    ¿Pero sabes? Lo anterior me lleva a pensar que aun cuando llegue a un punto en apariencia apocalíptica, no es un mal que ataque a los radioaficionados es un mal que ataca a la sociedad y a los seres humanos en general.

    No son en virtud los hechos, no son las tecnologías, no es preferir los medios más adsequibles, más globalizados, y más faciles lo que matan la sociedad y la radioafición. Somos nosotros, nuestra indiferencia, y nuestra poca voluntad de buscar con esfuerzo sueños que poder conquistar.

    Creo también que en la medida que existan buenas personas que a su vez son buenos radioaficionados, y de hecho los hay, existe una esperanza de que este mundo maravilloso de la radioafición no muera. Y por lo mismo, crear la diferencia en uno mismo primero, para que en cadena cual efecto mariposa, se vaya gestando el cambio y vayan ganando los afectos y las esperanzas.

    No sembrar en los adolescentes cuando comienzan a ser adultos, sino cuando son niños y aprenden a soñar. Hablar y predicar más con el ejemplo virtuoso, hablar de ética y moral, justificar las leyes no como obligaciones sino como valores y virtudes, enseñar que los bienes son instrumentos y no metas que lograr. En fin.... queda mucho por hacer...

    Perdón por el ponchazo! Saludos cordiales, 73.


    Fernando
    CD5784.

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  5. Hola Fernando... !!

    Tus comentarios me han sorprendido y alegrado. Pero antes que nada debo decir GRACIAS.

    El orden y la disciplina las descubrí tomando EJEMPLOS. Así ha sucedido con muchas cosas que fui tomando para construir un "algo" en mi. ¿Qué fue lo que me hacía tomar esos modelos y no otros ? Algunos dirán Dios, el espíritu Santo, el Ángel de la guarda, el instinto. el olfato... etc. y yo me atrevería a insinuar que solamente NECESIDAD.
    Buscando un refugio cálido donde guarecerme, siendo adolescente, sufrido y maltratado, encontré la Onda Corta y los Radio Aficionados de aquel entonces (finales de los 60´s). Allí prendió mi el interés por "todo". Escuchaba poesía, Técnica, diálogos enriquecedores y tratos cariñosos y desinteresados.
    No quiero relatar la historia de mi vida como radio aficionado, solo agregar que mi primera licencia la obture el año 1978 (Aspirante 1013) y que mi desaliento fue tan grande... que hice muy poca radio. Luego a empujones de un amigo obtuve mi Licencia de Novicio y dejé pasar tres años antes de obtener mi señal distintiva. De ahí en adelante siempre me he preguntado ¿ Radio Afición para qué?
    ¿Solo para entretenerme? ¿Solo para pertenecer a un mundo en que si salgo "fuerte" seré "alguien" ?

    Como no puedo, ni tengo las herramientas suficientes para decirle al mundo: Detenganse !! Es inmoral hablar de los grandes valores... en tiempos en que aun hay miseria y hambre, bajando de un BMW. Es inmoral hablarle a nuestros hijos de los grandes ideales y luego les compramos un Televisor en donde contrastan el lujo y lo superficial, con muchas muertes que pudieron evitarse...etc...etc...
    simplemente, entonces, protesto. Protesto manteniendo una actitud.
    En consecuencia a ello, es que estoy en completo acuerdo con tus comentarios...

    Por favor, no dejes la Radio Afición... No cambies tu Actitud, no esperes nada de ella y HAS LO QUE TIENES QUE HACER dentro de esta actividad. Un cuento Sufí decía: "Los pollos con los Pollos, los perros con los Perros, los caballos con los Caballos, los cerdos con los Cerdos, los fanáticos con los Fanáticos, los devotos con los Devotos... y tu donde te corresponde, siempre hay alguien con quien compartir".

    Así es que desde este lugar extiendo mi mano para darte una re bienvenida afectuosa.

    El tema es extenso y me interesa desarrollarlo. Este siglo es peligroso para quienes reflexionan... te vas quedando solo, fuera de la moda, de lo IN, de lo ON, un ave raris, muchos adjetivos descalificativos y la peste de la ENVIDIA que se cierne a diario sobre nuestros actos.
    En Fin. Me gustaría que me autorizaras a exponer en este blog tu comentario.

    Un Gran Abrazo !!
    Walter

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